Nunca en mi vida jugué ningún juego

Alguna vez lo comentamos con Marina, quien fue mi novia un tiempo. La mejor hasta acá y a la que extraño mucho. Nosotros no jugábamos ni jugamos ningún juego a nada. Eso vino después y nos lo encajaron de prepo, nos obligaron a jugar.
Yo al día de hoy vivo al filo del manicomio con toda mi familia liquidada, discriminado, un día despierto descubriendo que me habían pedofilizado y que para que personeros de la dictadura genocida pudieran lograr eso alguien muy cercano a mi me tenía que haber entregado.
Y Marina está refugiada en Inglaterra porque de acá la corrieron como a una perra. Y hay algunos amigos y amigas que ya no están y otros están dañados irreversiblemente.
Y no es la única que se quiso escapar de este infierno.
Yo siento que aquellos que todavía me obligan a jugar con ellos en realidad me están robando y de eso los acuso y los voy a perseguir hasta el mísmisimo fondo del infierno por todo lo que me hicieron. Vayan sabiéndolo porque YO SI QUE NO PERDONO.

Estar en el mismísimo fondo del infierno como estamos varios hace un tiempo hace mucho más fáciles ciertas cosas, como, por ejemplo, cobrarse unas cuantas cuentas pendientes.