Los negocios están cerrando a las 21 horas en el barrio y luego de que esos últimos comercios cierran, casi no queda un alma en la calle.
Sin embargo, se siguen viendo los mismos coches de alta gama con los mismos "genios" que uno no se explica como pudieron haber hecho tanta plata de golpe.
O los autos manejados por menores de edad, o pibes muy jóvenes a las tres de la tarde, con autos de alta gama paseando, evidentemente, consentidos de los padres y de la policía.
O la pandemia de coches con las patentes tapadas por "papelitos con una bandita elástica".
O la otra pandemia, la de las motos sin patente que pasan al lado de un patrullero sin que haya reacción alguna.
Los palacetes de barrio reacondicionados en esta década pasada, levantados a todo lujo, con puertas de garaje automáticas que esconden dos o varios autos y el hombre joven, mantenido, adentro.
Persisten ideas locas, mezcladas con ideas reaccionarias, autoritarias.
El compromiso bastante escaso salvo para las marchas de la inseguridad, que algo de razón tienen.
Multitudes de personas creyéndose lo que no son...
Y la idea de que el gobierno le regaló (¿?) varias decenas de miles de millones para los latinos norteamericanos, dejando que su propio pueblo perezca de hambre a cambio de eso.
Canales culturales que no sirven para nada. Gente que quiere seguir con los "conflictos", así siguen haciendo negocio los mismos de antes.
Gente que no escucha, que no presta atención, incluso a ensordecedores gritos de hechos muy graves.
Colectivos sucios a más no poder, jovencitos que no ceden el asiento, malandraje a bordo.
Borrachos, olor a droga, mal vestidos sin nada que hacer, sentados o parados, ni siquiera caminando sin sentido.
Las mascotas siguen valiendo más que los niños, aunque probablemente, en sordina, son tan mal tratadas como lo fueron toda la vida.
El mundial, las vacaciones de invierno y el "Día del Niño", negocios de ocasión.
LA BOCA SUCIA todo el tiempo, hasta cuando hay silencio...
Los niños, como última esperanza..., un "recurso" que debería avergonzar a quienes se dicen ser "verdaderos hombres".
Medios que jamás se interesan por los derechos humanos o por los desaparecidos o el genocidio, llenando horas y horas con un hecho que debería haber pasado hace mucho tiempo y que debería ser algo ya terminado hace rato...
Eso es algo que la sofisticación nacional argentina no se priva nunca de poseer: la hipocresía. Hipócritas a un lado e hipócritas al otro lado.
En el medio, la nada, o tal vez, algunos..., gente..., caminando hacia algún lado..., con algún sentido.
Sin embargo, se siguen viendo los mismos coches de alta gama con los mismos "genios" que uno no se explica como pudieron haber hecho tanta plata de golpe.
O los autos manejados por menores de edad, o pibes muy jóvenes a las tres de la tarde, con autos de alta gama paseando, evidentemente, consentidos de los padres y de la policía.
O la pandemia de coches con las patentes tapadas por "papelitos con una bandita elástica".
O la otra pandemia, la de las motos sin patente que pasan al lado de un patrullero sin que haya reacción alguna.
Los palacetes de barrio reacondicionados en esta década pasada, levantados a todo lujo, con puertas de garaje automáticas que esconden dos o varios autos y el hombre joven, mantenido, adentro.
Persisten ideas locas, mezcladas con ideas reaccionarias, autoritarias.
El compromiso bastante escaso salvo para las marchas de la inseguridad, que algo de razón tienen.
Multitudes de personas creyéndose lo que no son...
Y la idea de que el gobierno le regaló (¿?) varias decenas de miles de millones para los latinos norteamericanos, dejando que su propio pueblo perezca de hambre a cambio de eso.
Canales culturales que no sirven para nada. Gente que quiere seguir con los "conflictos", así siguen haciendo negocio los mismos de antes.
Gente que no escucha, que no presta atención, incluso a ensordecedores gritos de hechos muy graves.
Colectivos sucios a más no poder, jovencitos que no ceden el asiento, malandraje a bordo.
Borrachos, olor a droga, mal vestidos sin nada que hacer, sentados o parados, ni siquiera caminando sin sentido.
Las mascotas siguen valiendo más que los niños, aunque probablemente, en sordina, son tan mal tratadas como lo fueron toda la vida.
El mundial, las vacaciones de invierno y el "Día del Niño", negocios de ocasión.
LA BOCA SUCIA todo el tiempo, hasta cuando hay silencio...
Los niños, como última esperanza..., un "recurso" que debería avergonzar a quienes se dicen ser "verdaderos hombres".
Medios que jamás se interesan por los derechos humanos o por los desaparecidos o el genocidio, llenando horas y horas con un hecho que debería haber pasado hace mucho tiempo y que debería ser algo ya terminado hace rato...
Eso es algo que la sofisticación nacional argentina no se priva nunca de poseer: la hipocresía. Hipócritas a un lado e hipócritas al otro lado.
En el medio, la nada, o tal vez, algunos..., gente..., caminando hacia algún lado..., con algún sentido.