Tiendas de café de Holanda cierran puertas a turismo de la droga
El turismo de la droga tiene sus días contados en Holanda, donde el próximo martes entra en vigor la ley que limita la venta de marihuana en los “coffeeshops” del sur del país a los residentes, una medida que ha puesto en pie de guerra a estos establecimientos.
Para ello, la ley obliga a los “coffeeshops” a convertirse en clubes privados con un máximo de 2.000 socios, que deberán demostrar que son residentes legales en Holanda. “Tenemos unos 1.000 visitantes al día” , declara resignado a Efe empleado del local Easygoing.
El mayor temor que provoca la ley es que empuje a la droga a la calle. “No sé si afectará a la economía, pero me preocupa que aparezcan traficantes” , afirma un joven camarero.
Las mafias que controlan las ventas ilegales son “las únicas que ganan con la ley” , opina Marc Josemans, propietario del Easygoing y presidente de un consorcio de “coffeeshops” , que critica la medida por “moralista y contraproducente” .
La conocida como “Ley del Opio” legalizó en 1976 la venta del cannabis en los “coffeeshops” holandeses, de manera que se controlaba su circulación y se separaba de las drogas duras, como la cocaína o la heroína.
“Es una mierda” , asegura tajante Petra, empleada en el Maxcys, “la gente va a seguir fumando y si no pueden entrar aquí, irán a la calle. Pero los traficantes tienen también otras cosas y no se controla la calidad” .
El alcalde de la ciudad, Onno Hoes, está decidido a aplicar la ley y ha anunciado que “el Ayuntamiento, la Policía y los fiscales están preparados para la introducción de la Club Card” este martes, en un comunicado.
Contra los traficantes, el Ayuntamiento apuesta por fomentar la denuncia vecinal, para lo que ha creado un teléfono contra las drogas disponible 24 horas los 7 días de la semana o a través de un buzón on-line donde se puede poner la queja de manera anónima.
“Dicen que van a poner Policía, pero no va a funcionar. Si cogen a uno, habrá diez más” , señala Yolande, una holandesa que vive en Bélgica y se ha acercado hasta Maastricht con su novio para comprar marihuana.
Más allá del problema del tráfico ilegal, la ley también ha revivido el temor de los consumidores de marihuana a ser estigmatizados.
“Muchos de mis clientes no quieren registrarse” , explica Josemans, quien pone en duda que la ley asegure la privacidad de los datos, ya que las autoridades tendrán acceso a ellos.
El viernes, los “coffeeshops” sufrieron un nuevo revés, al ser rechazado el recurso que habían puesto en los tribunales contra la aplicación de una norma que consideran discriminatoria.
Josemans ha decidido oponerse a la ley de la única manera que queda ya en sus manos: violándola, para iniciar un nuevo proceso judicial.
Easygoing dejará entrar a no residentes este 1 de mayo, con lo que el Ayuntamiento tendrá que cerrarlo un mes e imponerle una multa, decisión que Josemans recurrirá. Además, el propietario impedirá la entrada a un grupo de fieles holandeses por no querer registrarse, para que le pongan una denuncia por discriminación.
Josemans no pierde la esperanza de que en el futuro, los tribunales anulen la ley. “Pero entonces, el daño ya estará hecho” , lamenta.Las tres provincias que colindan con Alemania y Bélgica (Brabante, Limburgo y Zeelandia) son las pioneras en aplicar una ley que se extenderá al resto del país en 2013, un simbólico primer paso que sienta las bases de la muralla con la que Holanda pretende proteger el consumo de la marihuana de los extranjeros.
http://www.prensalibre.com/economia/Tiendas_de_cafe-Holanda-turismo-droga_0_691130980.html
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