
Hace más o menos un año me di cuenta que algo yo tenía que hacer, no fue exacto para estas fechas, pero en mi cabeza no hacía más que repiquetear un nombre y un apellido. Y yo tengo por hecho que cuando eso pasa es como que hay un mandato que surge de aquello o de aquellos que fueron oídos o tenidos en cuenta y sólo les queda recordar un nombre y un apellido. Lo se porque parece que conmigo pasa lo mismo en ciertos lugares tan olvidados que, obviamente, los demás tardan mucho tiempo en darse cuenta que ocurre.
Cuando tu nombre y tu apellido sonaban todo el tiempo en mi cabeza, eso tenía sentido. Yo suelo prestar atención a los créditos finales de las realizaciones fílmicas. Me gusta la música de fondo que les ponen... ni idea.
Y tu presencia era muy firme desde hacía bastante tiempo, pero yo no me había percatado. Realmente, no me llamaba la atención. Hasta que un día me explotó como una bomba en la cabeza: esto es amor. Me dije.
Es como tener 16, otra vez.
Cuando la única forma de manifestar el amor era pasar con la bici por el frente de la casa de Laura. Una y otra vez. Un acosador, bah, dirían ahora.
Un acosador de 12 ó 13 años. Que en 3 años más en adelante iba a perder a su papá a manos de los dictadores y quedar huérfano de padre siendo hijo de padres separados... Hoy día pienso de eso que fue un maldito experimento del que no queda a salvo el genocida cómplice profesor Montaña del Instituto Sarmiento de Padua apadrinado por la dueña, doña "Gogó "Rojo".
Yo te extraño mucho sabés, Jésica Betsabé. Es muy duro estar tan lejos de alguien que se quiere tanto y no saber por qué. Tener conciencia de que es un amor perfecto y no poder encontrar la forma de realizarlo como uno quisiera, como las tradiciones nuestras acá, culturales, acá en Buenos Aires, mandan.
No, hay que hacerlo a lo indio. A lo extraterrestre.
Yo te quiero más que a mi propia vida: lo juro por la memoria de mi padre y la vida de mi hijo.
Y sin embargo, me domina la impotencia. Vos hoy estás en un lugar y yo en otro, igual que en Navidad. Y me fui a llorar como un loco a las rejas cerradas de San Antonio hace dos semanas porque me niega y me niega y me niega y yo ya no se que hacer.
Pero, lo juro por Dios, que al menos, el testimonio de que es Verdad lo que digo y cuanto amor te tengo lo voy a ir a grabar para siempre al tablón donde está el nombre de mi papá en el Muro de la Memoria en Costanera Norte y sos libre otra vez de obrar como quieras. De ahí ya no se puede extirpar mi voluntad final.
Cada uno sabe lo que hace.
De todos modos aun cuando pudiera realizar mi amor exijo Justicia, por todos los oprobios pasados y especialmente por los que por amarte sinceramente, como ningún otro lo hizo, como yo lo manifesté de todos los modos posible durante este año, algunos creyeron que "correspondía que pagara".
Feliz año nuevo, mi vida.
Te necesito, te amo, te deseo. Soy todo tuyo, de punta a punta, hasta el fin de mis días.
P.D.: Esto va para la colección de boludos y el tendal de heridos y cadáveres que quedó por el camino detrás de esto, que les sirva de lección lo que hasta aquí sucedió: lo único que había que hacer con Jésica para verla asi era: preocuparse, estar atento, hacerle saber lo hermosa que es y darle ánimo cada día que fuera posible para que llevara adelante la dificil tarea que lleva adelante en un medio donde predominan criterios masculinos. Asi logré yo verla tan hermosa y radiante para mi solo. Aprendan boludos, en una de esas les sale.
Ahora resulta que Gustavito está "A UN PASO" de quedarse con el premio mayor.
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