Diario El Argentino, 21 de marzo de 2012 |
Dos nietos recuperados por Abuelas contaron su historia a alumnos y vecinos de Gualeguaychú
Francisco Madariaga Quintela y Paula Logares, dos nietos recuperados por Abuelas de Plaza de Mayo, contaron ayer a alumnos de colegios secundarios y a vecinos de la ciudad cómo recuperaron su identidad.
Esta actividad se enmarcó en la Mesa Identidad, que se realizó ayer en Casa de la Cultura y que forma parte de la muestra "Banco Nación les dice presente", organizada por la Comisión "por Memoria, Verdad y Justicia" de empleados Banco de la Nación Argentina y Madres de Plaza de Mayo Gualeguaychú y auspiciada por diversos áreas municipales y nacionales.
Los nietos contaron sus historias de vida ante las miradas absortas de los alumnos secundarios y ensimismadas de aquellos vecinos de más edad que conocieron en carne propia esta nefasta parte de la historia argentina.
La de Francisco y Paula son dos de las 105 historias de los nietos que ya fueron recuperados por Abuelas de Plaza de Mayo. Aún faltan recuperar unos 400 hijos de desaparecidos.
Es importante destacar que Paula Logares se reencontró con sus abuelas a sus ocho años (en diciembre de 1984), mientras que Francisco Madariaga Quintela logró recuperar su identidad y reencontrarse con su padre, que sobrevivió a la dictadura, recién a los 32 años (en febrero de 2010) siendo el 101 nieto recuperado por Abuelas.
En este marco, Francisco destacó que "lo que nos enseñan las Madres y Abuelas es a no hacer justicia por mano propia, sino a dejar que sea la Justicia la que se encargue de ellos".
Francisco Madariaga Quintela contó que cuando conoció su identidad "comenzó una lucha con el tema de todos mis papeles pero la más dura fue la lucha con la vida misma. Porque se te viene encima todo lo que uno vivió y todo lo que uno construyó y que se pierde. Yo había construido una vida durante diez años, desde que me fui de mi casa, y todo eso lo tuve que dejar. Igual lo dejé ‘bien’ porque lo deje por una verdad: saber quién había sido mi mamá".
En tanto, Paula indicó: "Yo soy unas de las primeras nietas restituidas a sus familiares" y explicó que ella no nació en cautiverio sino que "a mi mamá, mi papá y a mi nos levantaron en una plaza de Montevideo, Uruguay, donde mis papás se habían exiliado. Mis padres eran militantes Montoneros, pero desde el exilio no militaban más".
"Fue el subcomisario que nos detuvo quien se quedó conmigo cuando yo tenía 23 meses", relató Paula y añadió: "me anotaron como su hija biológica y como recién nacida por lo que yo pasé a tener dos años menos que los reales". "Hay un grado de la primaria que nunca cursé", dijo a modo de graficar este desfase que fue una de las tantas consecuencias de su apropiación ilegal.
El dato
Aún resta realizarse la Mesa Antropología Forense, en la que disertará Miguel Ángel Nieva, integrante del equipo Argentino de Antropología Forense, y que se llevará a cabo hoy a las 14 en Casa de la Cultura, ubicada en 25 de Mayo 734
Paula Logares
Es hija de Mónica Sofía Grinspon y Claudio Ernesto Logares.
Ella fue apropiada por Rubén Luis Lavallén, subcomisario de la Brigada de San Justo.
A Paula la secuestraron a los 23 meses de edad. Ella pudo reconstruir parte de esa historia: fue el 18 de mayo de 1978 en Uruguay, cuando "una patota" se la llevó junto con su madre y su padre biológico.
Paula estuvo los siguientes seis años con sus apropiadores: Raquel Teresa Mendiondo y Rubén Lavallén.
Su abuela, Elsa Pavón, luchó para encontrarla, hasta que lo logró.
La joven conoció su identidad recién el 13 de diciembre de 1984, convirtiéndose en una de las primeras nietas recuperadas por Abuelas de Plaza de Mayo. Su historia, singular, es similar a la de tantos que aún hoy permanecen sin conocer su verdadera identidad.
Francisco Madariaga Quintela
Es hijo de Silvia Mónica Quintela y Abel Pedro Madariaga, ambos militantes de la organización Montoneros. Silvia fue secuestrada el 17 de enero de 1977 en Florida, provincia de Buenos Aires, embarazada de cuatro meses. Su compañero Abel sobrevivió y partió al exilio.
En 1983, de vuelta en la Argentina, emprendió personalmente la búsqueda de su hijo y se incorporó a la Asociación. Pero fue Francisco quien se acercó a Abuelas, en febrero de 2010, bajo el nombre de Alejandro Ramiro Gallo manifestando creer ser hijo de desaparecidos.
Los apropiadores de Francisco fueron Inés Susana Colombo y Víctor Alejandro Gallo, quien en 1977 era oficial de Inteligencia del Ejército Argentino.
El 17 de febrero de 2010 Francisco conoció a su padre Abel.
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