Romper los pactos de silencio
Videla habló, pero no dijo todo lo que sabe. Volvió a ser noticia, porque estamos acostumbrados a que los genocidas callen y prolonguen los pactos de silencio. Es lo que hace la mayoría de ellos en las audiencias de los juicios por delitos de lesa humanidad. Los pocos que hablan revindican sus crímenes, como Videla en el juicio en el que fue condenado a prisión perpetua en Córdoba y ahora continúa haciéndolo en el juicio por el robo de bebés. Queremos escuchar a Videla, queremos que los verdugos digan la verdad. Ya esperamos mucho: 36 años. Es hora de que nos digan dónde están los cuerpos de nuestros viejos y sus compañeros, qué hicieron con ellos, quiénes tienen a nuestros hermanos apropiados, nacidos en cautiverio. Estamos alcanzando la memoria y la justicia, pero nos falta la verdad.
La complicidad civil en el terrorismo de Estado está al descubierto. Los dichos del reo asumen lo que sostenemos desde hace rato: el golpe de Estado no fue realizado por unos “militares locos”, sino que fue cívico-militar, con el apoyo de la cúpula eclesiástica, los grandes grupos empresarios, los principales partidos políticos, el poder judicial, los medios de comunicación, entre otros. La larga lucha contra la impunidad también está empezando a dar sus frutos en este sentido: ya fue condenado el integrante de la Iglesia Von Wernich; los genocidas civiles Martínez de Hoz y James Smart, y los jueces Miret y Romano van a estar pronto en el banquillo de los acusados; se está investigando la complicidad de grandes empresas, como Mercedes Benz, Ford, Ledesma, Techint, Acindar y Loma Negra, que se beneficiaron y fueron partícipes del terrorismo de Estado, e incluso algunas usaron sus instalaciones como centros clandestinos de detención y torturas.
El mensaje de Videla es claro: propone la amnistía, la reconciliación, la impunidad. La condena a sus palabras es unánime, pero debemos recordar que su mensaje de amnistía fue propuesto por varios candidatos a presidente en las últimas elecciones. Los dichos de Videla no son sólo ideas del pasado.
Si Videla critica este momento histórico, producto de una larga lucha iniciada en plena dictadura, quiere decir que estamos en el camino correcto. Desde el movimiento de los Derechos Humanos nunca bajamos los brazos, ni siquiera con los duros golpes que fueron las leyes de impunidad y los indultos. En 1998 escrachamos a Videla por primera vez, estaba libre y caminaba tranquilo por el barrio de Belgrano. En ese momento, Astiz decía que estaba entrenado para matar y Patti era candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Lo imposible sólo tardó un poco más: hoy los tres están condenados a prisión perpetua.
El odio visceral de Videla hacia el proceso de Memoria, Verdad y Justicia que es política de Estado en nuestro país por la decisión histórica de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, es entendible: Videla y sus camaradas gozaron de la impunidad durante los gobiernos de Alfonsín, Menem, De la Rúa y Duhalde.
¿Es necesario aclararle al genocida Videla que esto no es venganza? No. Sabemos que lo dice para intentar reavivar apoyos caducos de la sociedad civil. Venganza hubiera sido que hoy pase sus días en un centro clandestino, torturado; que hubiésemos violado a su mujer; que hubiésemos robado sus pertenencias y nos apoderáramos ilegalmente de sus inmuebles; que hubiésemos robado a sus hijos y a sus nietos. Venganza hubiera sido eso y mucho más. Y nada de todo eso sucedió ni sucederá. Todo lo contrario, este reo, como los genocidas que están siendo juzgados, gozan de todos los derechos y garantías que no tuvieron nuestros padres.
Siempre militamos para que los genocidas sean juzgados y condenados. Cuando regían las leyes de impunidad los escrachamos y tampoco era venganza. Nuestra única venganza es ser felices. Porque a pesar de todo el horror causado, las ausencias forzadas, todo lo que le hicieron a nuestro pueblo, no pudieron robarnos la felicidad de estar juntos, de ser compañeros, militantes, luchadores. La mejor respuesta a cualquier intento de desprestigiar la memoria es esta realidad de justicia que estamos viviendo y que vamos a defender siempre.
Charly Pisoni
Militante de H.I.J.O.S.
17/2/2012
Publicado en Tiempo Argentino http://tiempo.infonews.com/2012/02/17/argentina-67927-las-declaraciones-del-genocida-videla-demuestran-que-kirchner-tenia-razon.php
http://www.hijos-capital.org.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=908:romper-los-pactos-de-silencio&catid=22:opini&Itemid=398
Quiero aclarar algo para quien no lo sepa o no tenga imaginación suficiente para darse cuenta. Yo hubiera estado en este escrache, (como en tantos otras manifestaciones que hubo), oh si, por supuesto, pero lamentablemente es de dominio público que estuve sometido a cautiverio durante 16 años y no precisamente bajo "arresto domiciliario" a manos de una supuesta militante de HIJOS. Lo aclaro porque como ahora "hay que romper los pactos de silencio".
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