
Solamente sabía que salía el sol y que llovía.
Por las tardes podía haber viento.
Al mediodía el sol podía ser muy fuerte y hasta dañino.
Como no había que hacer hacía todo lo que toda planta hace: ser planta.
Como saber, sabía pocas cosas, ni siquiera sabía que se iba a morir. Hasta que un día sucedió eso: se murió.
Pero lo que no sabía era que iba a ser semillas, así que fue una grata sorpresa porque, de alguna manera, no estaba realmente muerta si no que se la podía considerar una especie de fantasma.
Un fantasma espectacular.
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