viernes, 24 de febrero de 2012

LA BUSQUEDA DE UN CHICO DE VEINTE AÑOS QUE SIGUE DESAPARECIDO DESDE EL ACCIDENTE - “De mi hijo Lucas nadie sabe nada”

María Luján Rey y su hija Lara Menghini Rey (izq.), de 19, en la estación Once buscando testigos.
Imagen: Jorge Larrosa

LA BUSQUEDA DE UN CHICO DE VEINTE AÑOS QUE SIGUE DESAPARECIDO DESDE EL ACCIDENTE

“De mi hijo Lucas nadie sabe nada”

Sin dormir, agotada, su madre recorre hospitales y morgues tratando de encontrar a Lucas Menghini Rey, entre versiones falsas. Las hipótesis que pueden explicar su ausencia. La identificación fatal de otros desaparecidos.

 Por Soledad Vallejos
A un día y medio del accidente del tren 3372, casi todas las personas que en la noche del miércoles se hallaban desaparecidas habían sido identificadas en la Morgue Judicial. La excepción fue el joven Lucas Menghini Rey y algunas versiones del boca en boca añadían a la lista de personas por encontrar a Federico Bustamante, de 19, y a Nicolás Elías Villalba. Al cierre de esta edición, la madre de Menghini, María Luján Rey, su hermana Lara y amigos reclamaban por su paradero en la estación de trenes de Once. Durante el día, habían recorrido nuevamente los hospitales, escuchado que no había sido hallado en la nueva revisión de los restos del tren, comprendido que había sido una falsa alarma la versión según la cual su hijo había sido atendido en el hospital Piñero, verificado que no era suyo el cuerpo NN de la Morgue que, todavía entrada la noche, nadie había reclamado. (De ese cuerpo al que nadie parece extrañar trascendió solamente que es de un hombre en sus 60 años.) De Lucas, sintetizó en diálogo con este diario, “nadie sabe nada”.
“No estaba Lucas ahí”, contó su madre a Página/12 al caer la noche, mientras cubría el trayecto entre la Morgue Judicial y la estación de Once. Llevaba “cuarenta horas sin dormir”, pero “sin ninguna novedad” a pesar de haber recorrido nuevamente todo el circuito: los hospitales porteños, la morgue. Temprano en la mañana, bomberos y personal del SAME lo habían buscado nuevamente, sin éxito, entre los restos del tren. Extraoficialmente, fuentes gubernamentales cercanas a esa búsqueda adelantaron que sólo quedan tres hipótesis, a cual más compleja de chequear: o Lucas nunca subió al tren, o subió pero bajó antes de la estación Once, o bajó tras el choque, en estado de shock y se encuentra deambulando sin ser reconocido.
Entre tanto, su madre confía en que se encuentre “confundido, con el nombre cambiado por error, por alguna confusión, que haya aparecido con otro nombre en algún lado”. Durante el día, el subsecretario de Derechos Humanos porteño, Claudio Avruj, le había informado que Lucas, tras ser atendido en la guardia psiquiátrica del Hospital Piñero, se había retirado por su cuenta. El dato resultó ser una falsa alarma, “una confusión”, porque “en el afán de las noticias, de dar algún tipo de información, dieron información errónea”, explicó María Luján por la noche. “Yo entiendo sinceramente, por más mal que esté, por más agotada, yo entiendo, y quiero creer que todo es a causa de buena voluntad y por ahí apresuramiento y falta de cuidado, pero de buen corazón.” Anoche, tras la sentada en el hall de la estación y el reparto de volantes con la foto del joven y los teléfonos donde dar aviso si es visto, María Luján y su hija Lara se retiraban a su casa, en Padua, porque “mañana tenemos que seguir. Indefectiblemente tenemos que seguir”.
El destino de Graciela Beatriz Díaz, Roberto López, Marcela Gómez y Jonathan Báez fue otro: todos fueron hallados tarde en la noche del miércoles, tras más de doce horas de busca, en la morgue. Viviana, que junto con Diego había ayudado a buscar a Graciela Díaz, de 49 años, madre de una amiga, en los hospitales, contó que al caer la tarde “decidimos por nuestra cuenta ir a la morgue, para terminar de descartar”. Allí se encontraron con los dos hijos de la mujer, quienes dieron señas particulares. Tres horas después reconocieron el cuerpo. “Fue tediosa la espera. Es lo que quiero decir: la información la manejaron muy mal”, señaló Viviana a este diario. Graciela “estaba yendo al trabajo. Nunca iba a esa hora, pero ese día tenía que reemplazar a alguien”.
También en la noche del miércoles Roberto López, de 43, fue reconocido en la morgue por su mujer y su hijo Fernando. A Marcela Gómez no la podían hallar, contó Paola, su tía política, “porque había fallecido”. Sólo lo supieron a las doce y media de la noche, en la morgue de Chacarita. Una hora más tarde, en el mismo lugar, Paola reconocía a su hermano Jonathan Báez, de 27. Habían recorrido más de una vez “todos los hospitales, agotamos el último recurso, que era ir ahí. Y estaba. Nunca estuvo en ningún hospital”.
svallejos@pagina12.com.ar
 

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Clara Anahí MARIANI, nacida el 12 de agosto de 1976, desaparecida el 24 de noviembre de 1976.

Clara Anahí MARIANI


Nacida el 12 de agosto de 1976
Desaparecida el 24 de noviembre de 1976

Madre: Diana TERUGGI
Padre: Daniel MARIANI

El 24 de noviembre de 1976, fuerzas policiales y del Ejército atacaron la casa de sus padres en la ciudad de La Plata. Allí fue asesinada Diana y secuestrada Clara Anahí, quien continúa desaparecida. El padre de la niña fue asesinado en La Plata, el 1º de agosto de 1977.


http://conadi.jus.gov.ar/gsdl/cgi-bin/library?e=d-000-00---0fotos--00-0-0-0prompt-10---4------0-1l--1-es-50---20-about---00001-001-1-0utfZz-8-0&a=d&c=fotos&cl=CL1.13&d=HASH01e464eeb883b24237a9cf8a

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Gustavo Saladino

D.N.I.16.453.320

Hijo de desaparecido y asesinado.
Héroe de la Resistencia Antifascista contra el genocidio cultural del menemismo.
Objetor de conciencia al Servicio Militar Obligatorio hasta su desaparición definitiva lo que me valió verme impedido de ejercer mi derecho cívico al voto entre 1983 y 1995.
Despedido del Estado en 1989 por ser hijo de desaparecido.
Denunciante contra los genocidas ante la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) en 1984.
Co-Denunciante y querellante contra los genocidas de la Fuerza Aérea Argentina y de otras fuerzas de seguridad en la Causa Penal por delitos de lesa humanidad y genocidio Nº 7.273/06 en el área de la Subzona 16, entre muchas otras Causas.
Denunciante en 2011 ante la Justicia Federal argentina del gobierno norteamericano cómplice de los genocidas civiles y militares que desaparecieron y asesinaron a mi padre en 1978.
El primero en el mundo entero, como activista de derechos humanos, en accionar penalmente contra el oligopolio estadounidense destructor de memoria argentina "Google, Inc.", entre otros hechos, por perseguir y espiar ilegalmente ciudadanos dentro de su plataforma "You Tube".
Denunciante de hechos de corrupción de la era "kirchnerista".

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Jésica y Cielo (me falta Verónica Fiorito y cartón lleno).
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