Las plazoletas de las Madres

El jueves próximo, 8 de diciembre, se cumplen 34 años del secuestro, desaparición y posterior asesinato de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, Esther Ballestrino de Careaga, Mary Ponce de Bianco y Azucena Villaflor de De Vincenti, junto a las religiosas francesas y familiares de detenidos y desaparecidos, conocido como el grupo de la Iglesia Santa Cruz. En este nuevo aniversario, se realizarán diversas actividades recordatorias. El eje fundamental de la convocatoria es la Justicia. Este nuevo recordatorio se da en un nuevo contexto. Es que el 26 de octubre pasado concluyó el juicio a 18 integrantes del grupo de tareas de la Esma. Ese día hubo una sentencia histórica y ejemplar: fue la primera vez, luego del Juicio a las Juntas, que se juzgó y condenó a integrantes de la Marina.
Las actividades comienzan a las 11 de la mañana con la inauguración de tres murales en la plazoleta Esther Ballestrino de Careaga, ubicada en Alberti y Cochabamba. Estos murales fueron realizados por artistas, estudiantes del Instituto Universitario Nacional de Arte (Iuna), miembros de la parroquia Santa Cruz y familiares dirigidos por los artistas plásticos Daniel Acosta y Freddis Tassani. Esta actividad se llevó a cabo durante ocho sábados consecutivos. A las 18.30 se realizará el acto en el Calvario de la Iglesia de la Santa Cruz, en Estados Unidos 3150. “Se recordará a los compañeros y se analizará el significado de la condena a los represores. Al finalizar el acto se dejarán flores en las tumbas. Posteriormente se realizará la misa, a las 20”, relató a Miradas al Sur Mabel Careaga, hija de Esther.
Son nueve las plazoletas que llevan el nombre de madres desaparecidas durante la última dictadura militar. Están en terrenos remanentes de la Autopista 25 de Mayo, en el barrio de San Cristóbal. Mabel denunció: “La mayoría de estas plazoletas se encuentran en un estado de total deterioro. Se abandona así el objetivo de mantener viva la memoria y la lucha de estas madres.” Las plazoletas recuerdan a Ángela M. Aieta de Gullo (en la calle Eduardo Jenner, entre Entre Ríos y Combate de los Pozos), María Ponce de Bianco (Eduardo Jenner, entre Combate de los Pozos y Sarandí), Delia Avilés de Elizalde (Cochabamba, entre Pasco y Pichincha), Ramona Gastiazoro de Brontes (Cochabamba, entre Pichincha y Matheu), Esther Ballestrino de Careaga (Alberti al 1300), Matilde Vara de Anguita (Autopista 25 de Mayo, entre Rincón y Sarandí), Irene Orlando (jardín de Rincón y Cochabamba), Rosa H. Cirullo de Carnaghi (jardín de la calle Alberti, entre Cochabamba y el acceso a la Autopista) y Elsa Rabinovich de Levenson (vereda peatonal y jardín ubicado al norte de la Autopista 25 de mayo, entre Sarandí y Rincón). El ministro de Espacio Público, Diego Santilli, y el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, deberían tomar nota. Y actuar en consecuencia, poniendo en valor esos espacios públicos de memoria .

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