Voy a contar y agradecer algo

Durante 2011 se vivieron situaciones muy serias alrededor mío, algunas gravísimas. Para poder sobrellevar las dificultades recurri a los organismos de derechos humanos.

Voy a contar como en particular en la APDH se formó un grupo de trabajo que de diversas formas se hizo cargo de los diferentes problemas existentes: se abarcó la crisis familiar, examinando al detalle los problemas existentes incluso llegando a cuestionar muy severamente la actuación de la asistencia jurídica del gremio docente de la capital (el que sugirió que se me internara en un manicomio), en el caso y ofreciendo la mediación de la APDH en el conflicto familiar, llegando incluso a ofrecer la sede para la mediación a completa disposición del grupo familiar incluso en fines de semana si fuera necesario.

Se abarcó el crítico problema de la atención psiquiátrica de la que fui paciente durante años en la salud pública, período que abarcó haber sido paciente de forma involuntaria de la genocida azafata de la muerte, Silvia Patera.

Miembros del equipo de trabajo me acompañó a sedes hospitalarias, sedes judiciales, se me brindó asistencia y acompañamiento telefónico todo el tiempo.

La mayor parte de las veces que concurri a la APDH noté que se trabajaba activamente, que se atendía a personas en situación de riesgo en diversas formas, el equipo de asesoramiento jurídico funcionó aparte de este otro equipo que menciono, que se aceptan todo tipo de impresos de todos los organismos de derechos humanos, jamás tuve inconveniente alguno en el ingreso, la estadía o el egreso de la sede.

Fui testigo de la presencia, al menos en dos ocasiones, de autoridades del organismo. Una de ellas en reunión directiva. El personal administrativo es gentil y presta debida nota de las ideas o inquietudes que se le acercan, asi como otros integrantes del organismo.

En ningún momento senti que recibía ninguna clase de trato preferencial. Y si bien no lo pregunté estoy seguro que la mayor parte de las personas que colaboró conmigo lo hace ad honorem todo el tiempo.

Por todo esto y por algunas cosas más que seguro no recuerdo en este momento y que estoy omitiendo, quiero agradecer públicamente a la APDH (Asamblea Permanente por los Derechos Humanos) por toda la atención recibida.

Gustavo Saladino